jueves, 30 de julio de 2015

En las nubes

-Oye.
-Dime.
-Mira, ¿ves esa nube?
-Sí.
-Cuéntame, ¿qué ves?
-Eh... Nada... Ahora no estoy inspirada y no distingo nada más que  una mancha blanca.
-¿De verdad? No creo que haya que estar inspirado para eso.
-Sí... ¿Qué ves tú, entonces?
-Ahora mismo veo la cabeza de un mapache con una lanza y un casco romanos.
-¿Perdón?
-Está cambiando... Ahora veo un camaleón.
-No te creo. Eso es imposible. ¿Tú te estás oyendo?- Yo sabía que él se oía perfectamente, pero a mí no me escuchaba.
-Ahora un castillo con muchas torres, parece de un cuento de fantasía.
-Me asustas con todo lo que dices.
-Cállate.
-Yo me callo, pero tú estás loco.

El tiempo pasaba, igual de rápido que lo hace siempre, aunque aquel momento pareciera eterno.

-¿Te imaginas?
-A ver con qué me vienes ahora...
-Elementales, ahí arriba. Seres que sean capaces de vivir en las nubes.
-¿Elementales?
-De la naturaleza. ¿Nunca has oído hablar de ellos?
-Nunca me han ido esas cosas.
-Son el espíritu de la naturaleza. Viven en el agua, la tierra, el aire y el fuego. ¿Te imaginas que hubiera alguno que viviera en las nubes?
-¿Eso no sería algo así como ser al mismo tiempo de agua y de aire?
-Menuda estupidez.
-Y yo que sé, si no entiendo una palabra de lo que dices.
-Sólo imagínatelo. Olvídate de los elementales e imagínatelo.
-No puedo pensar en algo así.
-Seguro que puedes. Intenta ver más allá.
-Bueno... Dime qué tengo que hacer.
-No hay ningún secreto. Deja volar la imaginación.
-¿Qué aspecto tienen?
-Eso es a gusto del consumidor, no me puedo meter en tu cabeza ni darte un papel con bocetos para que elijas.
-Vale, vale...

Ahí lo entendí. Él vivía de una manera diferente a la mía... No, miento. Él simplemente... Vivía, sabía vivir. ¿Por qué yo no? Él se sumergía en un mundo completamente diferente al mío. No tenía nada, ni un hogar, ni familia, ni amigos... Sólo nos tenía a mí y a su imaginación. ¿Cómo podía conformarse con eso y yo que tengo de todo no? Quiero pensar como él, no debe ser tan difícil.

-Ya lo tengo, lo he visto.
-¿Qué has visto?
-No se puede explicar con palabras, creo. Sólo sé que sería alucinante.- Él se empieza a reír de una manera muy inocente. -¡Oye! No te rías...
-Es que me has parecido tan graciosa...
-No es gracioso en absoluto.
-Me conformo con eso.
-Yo no.
-¿Cómo que no?
-Antes que imaginarme a esos seres... Prefiero imaginarme que yo soy una de ellos.
-Por fin vuelas, por lo que veo.
-Imagínatelo tú, ahora. ¿Cómo crees que sería?
-Mmm... Me lo pones difícil. Supongo que podría sumergirme en ellas, nadar y poder ver al mismo tiempo, alimentarme de ellas y que tuvieran diferentes sabores, deformarlas a mi gusto...
-Para el carro un momento.
-¿Por qué? Ahora estaba inspirado, como has dicho tú antes.
-¿Y si las formas que nosotros creemos que vemos en realidad las están creando ellos constantemente? Por diversión... o por otra cosa.
-Vaya... Es verdad.
-Y si se alimentan de nubes, cuando se las acaban es cuando el cielo está despejado, ¿no?
-Por esa regla de tres...
-Entonces, ¿dónde vivirían?
-Eh...
-¿Y cuando llueve...?
-Pues...
-Qué complicado, me pregunto cómo vivirán...
-Mira que le das vueltas a las cosas. Parece que no, pero...
-Te quiero.- Le corté.

Cuando me giré para darle un beso, no había nadie.



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¡Hola! Aquí traigo el primer relato corto del blog, el que, como dije en la presentación, le da el nombre. ¡Por fin...!
La idea de este relato se me ocurrió hace ya meses, y para que no se me olvidara la apunté en una nota en el móvil. El otro día, en un rato de aburrimiento, empecé a mirar las notas de mi móvil y la vi. Entonces me vino la historia a la mente y la escribí en la misma nota, en un viaje en coche hasta casa. Siempre me ha gustado mucho el tema de lo fantástico e "irreal", (aunque no sé por qué no podría existir, la verdad, ¿no?) y mirar las nubes y ver cientos de siluetas diferentes. Todo lo que dice "él" en el relato son cosas que he visto yo (sí, el mapache con el casco y la lanza romanos, lo juro), o mejor dicho, cosas que he creído ver. El otro día mismamente creí ver a Apu (el de Los Simpsons), una ballena pequeñita típica de dibujos para niños y un águila, entre otras cosas. Siempre relaja desconectar de todo y dejar volar la imaginación, mirar más allá de lo que tenemos en la mano, y en silencio siempre que sea posible. Las nubes, el gotelé de la pared... Cualquier cosa es buena para olvidarte de todo por un rato.
¡Muchas gracias por leer! Si os ha gustado no os olvidéis de haceros seguidores, compartir y comentar, ¡eso me ayudaría mucho!
¡Hasta la próxima!

2 comentarios:

  1. Geniaal como mantienes el hilo del dialogo y mantienes la atencion del lectorr!!
    Me has enganchadoo ;)

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    Respuestas
    1. Me voy a emocionar :')
      Este año voy a publicar bastante, con lo que nos hace escribir la profe de Lengua... Jajaja. Muchas gracias!

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